miércoles, 14 de diciembre de 2011

Explota, explótame explo...

Llevo ya varios días en los que los comentarios de una entrada me conducen a una nueva entrada. Ayer (entiéndase "en la entrada anterior") utilicé las palabras cinismo e hipocresía, pero me doy cuenta de que al mirar hacia cualquier lado sigue siendo evidente la necesidad de usar estos términos para casi todos los ámbitos de nuestra sociedad, lo que en últimas nos lleva a una sociedad completamente infectada de este virus mortal que tiene a las conciencias en estado de hibernación y a los corazones en estado de cristalización.

La explotación infantil es quizás de lo más aberrante que puede hacer la especie humana, y nuestros vecinos y amigos (no creo que nuestras familias ¿o si?) contribuyen a ella. Quisiera saber, durante estas fiestas, cuántas zapatillas deportivas, cuántas camisetas de Messi o Ronaldo, cuántos balones de fútbol, cuántos juguetes de marcas como Lego, cuántos millones se gastarán en fomentar la explotación infantil.

El 80% de los juguetes de todo el mundo se fabrica en China, Tailandia e Indonesia (ahora muchos dirán, no vuelvo a entrar a la tienda del chino), los elaboran niños que nunca tienen tiempo para jugar porque trabajan en jornadas de hasta 18 horas al día, en sitios oscuros, húmedos, hacinados y muchas veces durmiendo en el mismo lugar; desnutridos. La mitad de los niños que trabajan en las fábricas de alfombras pakistaníes no llega a la mayoría de edad ya que las condiciones son completamente insalubres. Pero alguien se tiene que lucrar de todo esto, y son precisamente las famosas marcas que nuestros maravillosos hijos, -con el móvil en una mano y con la bolsa de la basura en la otra (bolsa en la que tiran lo que ya no está de moda pero que todavía está en perfectas condiciones)- nombran a todas horas, como si fuera lo máximo a lo que puede aspirar una persona en este mundo: Adidas, Nike, Reebok, H&M, Zara, Gap, Levi's, las figuritas de Disney y las de los Happy meal de Mc Donalds (¿qué daño pueden hacer estas tiernas figuritas?), Chicco, Nestle, y toda una larga lista que ya ha sido catalogada en el libro negro de las firmas de marca.


La OIT en su más reciente informe habla de cifras escalofriantes. Los medios de difusión de la información nunca ponen el dedo en la llaga y mucho menos recuerdan a las familias hasta qué punto están contribuyendo con su consumismo irresponsable a la explotación infantil.




5 comentarios:

Sole dijo...

Aún no se han fabricado gafas capaces de hacer ver al que no quiere...ni creo que se consiga.
Esta es la época ideal del año para predicar en el desierto.

bSoS.

Emilio Manuel dijo...

El cinismo y la hipocresía llega al culmen cuando un famoso futbolista del Athletic de Bilbao y de la Selección Española sale en un anuncio de la TV manifestando que se ayude a una ONG de niños dándole una estrella.
Un saludo

RGAlmazán dijo...

Que nos tapemos los ojos no quiere decir que no lo sepamos. Lo que ocurre es que estamos atrapados por el consumismo, a cualquier precio, y no se quiere salir.

Salud y República

Anónimo dijo...

Muy buenos tus artículos.
El video impresiona realmente, todos sabemos que hay una piedra en el zapato, pero a veces hay que ver las cosas para que la piedra duela.
Abrazos.

Blanca Miosi dijo...

Absolutamente de acuerdo contigo en todo Dean.

Un abrazo,
Blanca

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