"En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra" (Eugenio Trías).
Porque lo único que no cambia es el cambio, vivimos en permanente movimiento, nada es estático; o crecemos o decrecemos, justo en el momento en que biológicamente dejamos de crecer, empezamos a envejecer. Somos objeto de una dualidad inexorable, nos debatimos entre el caos y el orden, nos asusta la crisis porque la novedad, lo que nos aparta de la comodidad, es un espanto al que le tenemos un miedo extremo, sin darmos cuenta de que el control es sólo un espejismo, una falsa ilusión con la que algunos se quedan tranquilos.
Si todo estuviera ordenado y controlado no existiría la creatividad, ni el cambio, ni la curiosidad. Seríamos tan previsibles que el aburrimiento nos mataría. Las crisis nos dan esa oportunidad de encontrarnos con nuestros límites. Como dijera William Shakespeare: "Sabemos lo que somos, pero no lo que podemos llegar a ser".
Si nos limitáramos a existir nos ahorraríamos muchas dificultades, pero como muchos elegimos vivir, también estamos eligiendo las distintas realidades que nos pueden frustrar o alentar. ¿En dónde estará la morada del entusiasmo, de la alegría, de la ilusión? Si lográsemos colarnos en ella por unos instantes, tendríamos energía suficiente para vivir ese misterio que es la vida y olvidarnos de que es un problema que necesita solución. No nos resistamos a aceptar que esta vida lleva incorporado el cambio como premisa ineludible, pues cuanta más resistencia, más propensión a las crisis.
11 comentarios:
Interesante reflexión a nivel humano, lo malo es que a nivel económico, de las crisis siempre salen beneficiados los poderosos y paga siempre el pueblo.
saludos.
Muy buena reflexión aunque la realidad siempre supera a la "ficción"
Saludos
Una reflexión muy interesante, l vida cambia y ha que irse adaptando a ella, intentando siempre mantener una sonrisa, aunque ciertamente a veces cueste...
dirty saludos Dean¡¡¡
No hay mal que por bien no venga (dicen).
Feliz semana.
Una buena reflexión. Es verdad que el cambio es continuo, sin embargo los cambios estridentes, y hoy podemos sufrir uno, pueden hacer descarrilar el tren.
Los cambios son necesarios, pero las crisis profundas pueden cambiar el mundo para bien o para mal. Esa es la cuestión. Hay que aceptarlo y sobre todo estar preparados, pero también para defendernos en caso necesario.
Salud y República
Siempre he pensado que los cambios aportan a nuestra vida, y que las crisis que viven las naciones siempre dejan enseñanzas y toma de decisiones... Lo estático, el relajo, le quita al ser humano el necesario riesgo. Somos intrínsecamente creadores,por eso lo perfecto y tranquilo nos agobia...De vez en cuando, son necesarios los cambios para saber que está bien o mal en nuestra vida, lo mismo ocurre con los países, requieren de cambios bruscos para lograr desarrollarse y crecer.
Un abrazo Dean.
Interesante tu reflexión. Me ha hecho pensar. En cualquier caso, me temo que la mía es un poco más tenebrosa; sea cual sea tu actitud ante la vida, la crisis siempre te acaba pillando.
He llegado hasta aquí a través de un comentario tuyo en otro blog; me quedaré en tu espacio para seguir leyéndote, con tu permiso.
Un saludo
Me encanta la portada de supertramp (crisis) que has puesto como foto de cabecera.
Tu invitación a reflexionar sobre la crisis no es menos interesante.
Un abrazo y renazcamos.
Arwen
Pienso que el problema de fondo siempre es el mismo, el miedo (con mayúsculas); los poderes lo saben y hacen y deshacen a su antojo porque no encuentran resistencia que les pare los pies.
Te dejo un beso, Dean.
Es verdad, lo que nos sucede es que siempre nos preocupamos tanto, que nos olvidamos de disfrutar pequeños detalles, es como se dice por ahi, lo urgente deja atras lo importante.
Un beso.
ahora viene como en avalancha lo malo
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