Los zurdos naturales están presentes en todas las poblaciones del globo. Aproximadamente entre un 8 y un 13% de la población mundial es zurda. Los estudios indican que el fenómeno es más común en los varones que en las mujeres. Hay más zurdos varones (13%) que mujeres (9%), sin que se sepa por qué.
A lo largo de la historia, ser zurdo ha sido considerado algo negativo; la palabra latina sinister quería decir 'izquierda', precisamente la palabra «siniestro», que también significa 'zurdo' («a diestra y siniestra») tiene unas connotaciones negativas que todo el mundo conoce. A los niños zurdos se les ataba la mano izquierda a la espalda para que aprendieran a escribir con la derecha. Se habla así, en Francia, de «zurdo contrariado» para calificar a un individuo naturalmente zurdo, pero que se le ha constreñido a volverse diestro. Zurdo se encuentra en gallego (man zurda), portugués surro, churro, churdo ('ruin, vil, sucio'), bearnés: sourrou ('avaro, maleducado') y el euskera zuhur ('avaro, agarrado') y zurrun ('inflexible, pesado'.
Le preguntaron una vez a un sabio chino qué haría si le concediesen una única posibilidad para cambiar el mundo y respondió: "Redifinir de nuevo las palabras, las ideas y conceptos". Creo que tenía mucha razón, ya que por definición la llamada derecha que conocemos es todo lo contrario en la práctica y la llamada izquierda a su vez representa lo opuesto. Porque no hay nada más siniestro que un dictador o un cura pedófilo, un machista consumado que enarbola la bandera en el salón de su casa al rededor de sus trofeos de caza, o un político abyecto que pisotea los derechos del pueblo en pro de sus propios intereses y los de su partido.
Desde hoy tendríamos que dar la vuelta a la tortilla, al pensamiento progresista, la igualdad social y la intelectualidad tendríamos que ubicarlos a la derecha; al conservadurismo, la religiosidad, el capitalismo aberrante, y las mentes retrógradas ubicarlas en el lado siniestro que es donde realmente han estado todo este tiempo.
Nos han engañado desde siempre, porque mi mano derecha, mi pie derecho y mi lóbulo derecho del cerebro no pueden estar errados cuando sufren las injusticias repartidas por el mundo por los mal llamados de derechas. A partir de ahora mi lugar estará al norte, ni a la derecha ni a la izquierda, ya que hay mucha confusión al respecto, y voy a redefinir los conceptos como haría el sabio chino, a los malvados les llamaré siniestros y a los demás los llevaré conmigo siempre al norte, donde la aurora boreal nos brinde su paz, y donde podamos seguir buscando la libertad de pensamiento.