miércoles, 27 de marzo de 2013

Holi


Holi es la celebración hindú del equinoccio de primavera y por lo tanto de la fertilidad y el erotismo. Se celebra en el mundo indio el día siguiente a la luna llena de marzo, anticipando así el principio del terrible verano. Es una explosión de vitalidad previa a los largos meses de letargo producidos por un calor asfixiante que derrite el asfalto, que paraliza a animales y hombres, que amarillea la vegetación, aniquila voluntades y nubla la razón. Un calor que ya en mayo alcanza los 45º C y que sólo se verá mitigado por la llegada de las lluvias monzónicas que lo transformarán en un calor húmedo pero más soportable.


La India se empapa de colores: verde para la armonía, azul para la vitalidad, rojo para el amor, naranja para el optimismo.


Holi es un festival de origen religioso celebrado principalmente en La India aunque se extiende a otros países en los que habitan grandes comunidades Hindúes como Nepal, Sri Lanka, Malasia, Sudáfrica o Reino Unido.


Como parte de la celebración la gente se lanza polvos de colores brillantes y agua coloreada inundando todas las calles y plazas de hermosos colores. Es un momento de felicidad, diversión, música y danza. Además, en la víspera del festival, se encienden hogueras como conmemoración del triunfo del “bien” frente al “mal”.


Holi, la fiesta de los colores, es la conmemoración simbólica de una leyenda de la mitología hindú que cuenta cómo un rey arrogante, Hiranyakashyapa, que había decretado que en sus dominios sólo podría adorársele a él, resentido contra su propio hijo Prahlad porque éste veneraba ante todo al dios Vishnu, intentó matarle varias veces.

Como no pudo conseguirlo, el rey pidió la intervención de su hermana, la famosa Hólika, de quien se decía que era inmune al fuego. La demonia consiguió atraer a su sobrino y sentarse con él en una hoguera. Pero curiosamente, el chico salió ileso mientras su tía murió abrasada. Poco después, Vishnu apareció como Narasimha, el hombre-león, para matar a Hiranyakashyapa y liberar a su devoto Prahlad.


Es este acontecimiento mitológico una de las cosas que Holi celebra. Por eso, la víspera de la celebración y como representación simbólica, el ancho mundo de la India se ilumina con enormes hogueras donde queman estatuas de la Hólika, símbolo del mal que sólo el fuego regenerador puede destruir.


Holaka, Dhulheti, Phagwa, Dhulandi o Dhulendi son denominaciones que se refieren al Festival de Colores Holi, según en qué región india se celebre. La proximidad de la primavera provoca en los hindúes una excitación que llena las calles de hogueras, mientras los habitantes se divierten con batallas de agua y pintura en polvo. La celebración del mes Phalguna significa, en realidad, abandonar el sombrío invierno para dar la bienvenida a la primavera, transición basada en la mitología que habla de la Holika Dahan (la luz del fuego simboliza la victoria del bien sobre el mal) y la leyenda Rhada-Krisnha, por la que un enamorado tiñó la blanca tez de su amada. En Jaipur, la fuerza de los elefantes vestidos con pintura de colores también se une a esta destacada fiesta.




 

1 comentario:

Emilio Manuel dijo...

En todas las culturas, las fiestas están cargadas de mitología, religión y mucha simbología, allí son hombres-leones y aquí se disfrazan de santos y ángeles, pero a fin de cuentas es lo mismo, celebrar el cambio de estación y esperar que las cosechas sean buenas.

Un abrazo.

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