martes, 17 de abril de 2012

De vuelta al oscurantismo

"El oscurantismo es el arma para someter a los pueblos"

El pedagogo brasileño Paulo Freire ha inspirado a numerosos movimientos sociales en el mundo y continúa inspirando la educación popular que se desarrolla en numerosos lugares de Latinoamérica en la actualidad. Su educación liberadora parte de la idea de que nuestras sociedades, todas sin excepción, son sociedades de opresión. Nuestras vidas son vidas falsas, deshumanizadas, que se desarrollan en sociedades enfermas. En ellas abundan los seres alienados y mutilados por el miedo a la propia vida, o a la libertad y, además, la inclusión positiva del otro, del otro silenciado (oprimido), en el propio mundo es la gran cuenta pendiente de occidente

La pedagogía de Paulo Freire apunta a una utopía sencilla, a unas relaciones horizontales que nos permitan hacer algo en apariencia tan sencillo como es dialogar, escuchar con toda atención al otro desde la íntima convicción de que el otro vale, de que el otro es sabio y aporta conocimiento. Al contrario, en toda educación bancaria, del tipo de mercado como la que tenemos en España actualmente, se absolutiza la ignorancia del otro y se lo niega como persona, se lo “invisibiliza”. La educación y la sociedad verticales obstaculizan la auténtica comunicación entre los hombres y en este sentido, nos alejan de la utopía de una educación liberadora.

Cuando nuestra educación ponga de relieve el extremo valor del otro, y la necesidad de una comunicación horizontal entre los hombres, de un diálogo con un tú lleno de valor, ese día entenderemos que hay una imperiosa necesidad de rehacer la cultura entre todos y de cambiar esta sociedad. Esto lo tienen muy claro nuestros actuales gobernantes y por eso están haciendo todo lo posible para que jamás lleguemos a tener una educación adecuada. Cuando proponen -como ha pasado en la clase de de mi hijo- grupos de 45 o más alumnos, es casi imposible que se den las condiciones para una pedagogía como la que plantea Freire; cuando se reduce el número de educadores y las clases se hacen enormes e inmanejables como elefantes grises, lo mejor es pegarle el tiro de gracia y abandonar a su suerte a una sociedad ya podrida y sin esperanza. Es muy posible que con poco trabajo y un deprorable marco laboral, con un deficiente sistema de salud y una sociedad corrupta hubiéramos salido del agujero en el que estamos; pero al destrozar el sistema educativo se nos ha cortado cualquier posible escapatoria y se nos ha condenado a revivir el oscurantismo, o si no ¿de qué otra forma llamaríamos al restringir el conocimiento a unos pocos pertenecientes a una élite dominante?




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