Gaia, así ha llamado James Lovelock a su teoría hace 40 años; en ese entonces nadie le hizo caso. pero hoy día se le da la razón y se le galardona con el premio Fonseca.
La hipótesis de Gaia es un conjunto de modelos científicos de la biosfera en el cual se postula que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis de Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema auto-regulador (que tiende al equilibrio).
Sus predicciones apocalípticas, como la de asegurar que los polos se derretirían para el año 2050 y ciudades como Londres quedarían bajo las aguas, quizás se hubieran hecho realidad a no ser que personas con un alto sentido ambientalista como él, hubieran comenzado a inquietar a la humanidad desde esa época. Es verdad que hay mucho por hacer, pero algo se ha hecho y en parte hemos disminuido un poco la velocidad con la que estábamos provocando que ese sistema ya no pueda autorregularse.
La edición anterior del premio recayó en el físico Stephen Hawking, y el hecho de que ahora se le entregue a James Lovelock nos da una clara idea de la magnitud de sus teorías, que en última lo que pretenden es que respetemos a Gaia (la tierra) y que entendamos de una vez por todas que es nuestro hogar, y como tal debe ser un lugar habitable no un sitio hostil, que además vamos a vivir en él sólo un tiempo y después vendrá el turno para nuestros hijos y nietos.
La hipótesis de Gaia es un conjunto de modelos científicos de la biosfera en el cual se postula que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis de Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema auto-regulador (que tiende al equilibrio).
Sus predicciones apocalípticas, como la de asegurar que los polos se derretirían para el año 2050 y ciudades como Londres quedarían bajo las aguas, quizás se hubieran hecho realidad a no ser que personas con un alto sentido ambientalista como él, hubieran comenzado a inquietar a la humanidad desde esa época. Es verdad que hay mucho por hacer, pero algo se ha hecho y en parte hemos disminuido un poco la velocidad con la que estábamos provocando que ese sistema ya no pueda autorregularse.
La edición anterior del premio recayó en el físico Stephen Hawking, y el hecho de que ahora se le entregue a James Lovelock nos da una clara idea de la magnitud de sus teorías, que en última lo que pretenden es que respetemos a Gaia (la tierra) y que entendamos de una vez por todas que es nuestro hogar, y como tal debe ser un lugar habitable no un sitio hostil, que además vamos a vivir en él sólo un tiempo y después vendrá el turno para nuestros hijos y nietos.
4 comentarios:
Muchas gracias por compartirlo...
Muchos besos.
La tierra no nos pertenee, sólo estamos de prestado para dejar a nuestros nietos un mundo mejor del que nosotros nos encontramos. Me alegra que este premio haya recaído en un hombre con una concencia tan clara. Ojalá nos sirva de algo.
Saludos desde La ventana de los sueños.
Ese debía ser nuestro verdadero "Dios". El equilibrio con la naturaleza, con la Madre Tierra. Hasta que llegaron esos estafadores con sus dioses llenos de oro. Ojalá volvamos a los orígenes.
Carpe Diem
Cuando menos lo esperemos se vengará de los molestos humanos.
Saludos cordiales.
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