La lógica difusa (tambien llamada lógica borrosa) se basa en lo relativo de lo observado como posición diferencial. Este tipo de lógica toma dos valores aleatorios
pero contextualizados y referidos entre sí. Así, por ejemplo, una
persona que mida 2 metros es claramente una persona alta, si previamente
se ha tomado el valor de persona baja y se ha establecido en 1 metro.
Ambos valores están contextualizados a personas y referidos a una medida
métrica lineal.
La lógica difusa se adapta mejor al mundo real
en el que vivimos, e incluso puede comprender y funcionar con nuestras
expresiones, del tipo "hace mucho calor", "no es muy alto", "el ritmo
del corazón está un poco acelerado","es un tipo corrupto", etc. En definitiva, la lógica clásica se volvió obsoleta ante la magnitud de los acontecimientos del mundo moderno.
Para los soñadores amantes de lo clásico, para los románticos, para los que aún conservan algunos valores, para los utópicos, para los idealistas, el mundo se ha tornado completamente ilógico. La lógica clásica desaparece para dar paso a la realidad, y la realidad se convierte en normalidad, aunque a algunos, muchas de las cosas que suceden a diario, no nos parezcan nada normales.
Vivimos en un mundo en el que la deshonestidad, la corrupción o la inmoralidad son normales. Somos parte de un sistema que se sustenta en dichos comportamientos normales. Las grandes empresas generan un gran porcentaje de sus riquezas en la explotación de la mano de obra que emplean para elaborar sus productos y/o vender sus servicios. Los hombres más ricos del orbe, aparecen en las portadas de las revistas de economía como ejemplos a seguir por la sociedad, pero no se hace la aclaración de que muchos de los productos con los que se han hecho ricos han generado guerras, muerte y pobreza en algunos lugares, como es el caso del coltan utilizado para elaborar los productos tecnológicos que más se venden hoy día como ordenadores y teléfonos móviles. El sistema financiero actual ha generado pobreza y miseria por todo el mundo, y sin embargo seguimos apoyándole con nuestras cuentas bancarias, nuestros créditos y nuestros ahorros. El sistema político ha robado descaradamente lo que era del pueblo y seguimos apoyándoles con nuestro voto. Nada de esto estaba contemplado por la lógica clásica y por eso ha sido necesario desarrollar una nueva lógica, la lógica difusa, la lógica que explique el funcionamiento del banco malo, la lógica que explique lo inexplicable.
Nos han vendido la idea de que la crisis es financiera, pero yo me atrevería a asegurar que es social. El triunfo de lo artificial sobre lo natural; de lo virtual sobre lo real; del interés particular sobre el bien común, no son cuestiones de dinero sino que van mucho más allá. A nuestra sociedad le parece lógico el consumismo, pero la finitud de nuestros recursos naturales demuestra lo errado de dicho comportamiento. A nuestro mundo moderno le parece normal y lógico que en la mesa de un bar se reunan tres pero no hablen sino que cada uno esté conectado a internet mediante su dispositivo móvil. A casi todos nos parece lógico tener un puesto de trabajo que absorbe la mitad de nuestro tiempo y casi todas nuestras energías, mientras que el tiempo destinado a nuestras familias se compone de sobras y retazos que la suerte o la misericordia divina se encargan de darnos de cuando en cuando.
Hay una nueva lógica, y no queda más remedio que asumirla para no parecer loco, desadaptado, o resentido. Lo contrario de desadaptado es adaptado y la lógica moderna explica muy bien el comportamiento de los adaptados:
Adaptados al consumismo, es decir, la necesidad de tener para poder ser alguien.
Adaptados al borreguismo, o sea, aceptar lo que nos impongan y no protestar por nada.
Adaptados a la corruptela, aceptar que esto es así desde hace mucho tiempo y lo mejor es sacar provecho; tener un buen enchufe es más efectivo que una buena preparación.
Adaptados a la ignorancia, a un sistema que no educa sino que condiciona, que premia y castiga, que no enseña a pensar sino que convierte en zombies a las personas, que dice lo que hay que hacer y cierra otras opciones.
La lógica difusa, como su nombre lo indica, explica lo que no es claro, lo opaco, lo oscuro, lo confuso, lo que no es nítido a nuestros ojos; eso que hacen cada día nuestros líderes y que los telediarios disfrazan y visten con las mejores galas. La suciedad de la sociedad se maquilla como si la felicidad fuera una meta, un destino y no importara la manera de llegar a ella.
8 comentarios:
Poco nos dejas para agregar.
Solo que cada vez me siento mas fuera de lugar en este mundo, no entiendo nada.
Un beso.
Una reflexión con la que estoy totalmente de acuerdo. ¿Hasta cuándo?
Salud y República
Dean, muy interesante entrada. Una realidad muy preocupante a la que no si sabemos afrontar o si estamos poniendo los medios para "oponernos" a ella.
Un beso
Interesantísimo y preocupante.
Coincido.
Salud
Francesc Cornadó
Lo que comentas es aplicable al término estadístico de normalidad.
Se toma como normalidad estadística, aquella que la mayoría acepta en una determinada cultura. Como muy bien dices, si es normal ser corrupto, la corrupción es estadísticamente normal.
Por eso, existen otros tipos de normalidad diferentes de la mera estadística.
Así, existen la normalidad Química o molaridad, la Física, la Filosófica, etc.
Creo que un punto de partida básico para establecer esta normalidad, oese punto de vista lógico y no difuso, pasa por los principios éticos y la moral (la moral no tiene que por qué estar basada en ninguna religión, sino en la razón), lo que nos conducirá a no admitir determinados comportamientos estadísticamente normales o lógicamente difusos. El problema es que nos acostumbramos a ver en exceso esos comportamientos y actúan como vacuna que evita que nos indignemos ante ellos.
Salud.
Los humanos tenemos la capacidad de percibir los matices de la realidad que nos rodea y de tomar decisiones en consecuencia. Uno de los retos de la tecnología es dotar a las máquinas de esta autonomía, y la teoría de la lógica difusa ha permitido dar un paso de gigante en la materia.
Por suerte algunos todavía tenemos la facultad de escandalizarnos ante hechos que la mayoría ya considera normales. Eso querrá decir que lo vemos como asuntos no normales y eso es bueno.
Saludos.
es realmente claro que lo que no se luche , no se lograra y es el papel del ahora y no el del después.
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