Vuelve la trepanación

Durante miles de años, la trepanación se ha llevado a cabo por razones médicas tales como la liberación de espíritus malignos causantes de la esquizofrenia o la migraña. Hoy en día se utiliza para prevenir la lesión cerebral por el alivio de la presión intracraneal, particularmente después de los accidentes con traumatismo craneoencefálico.

Aparte de eso se está explorando la idea de que las personas con la enfermedad de Alzheimer podrían ser tratadas con la perforación de un agujero en su cráneo. Un grupo de investigadores está tan convencido de los beneficios de la trepanación que afirma que puede ayudar a cualquiera, desde mediados de los años 40 en adelante para frenar o incluso revertir el proceso de edad relacionado con deterioro cognitivo.

En la imaginación popular, se consideraría una brutalidad este tipo de tratamientos, sin embargo,tomando en cuenta los tratamientos eficaces para la demencia, taladrar un agujero en el cráneo, ni siquiera sería algo extremo.

La enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia, afecta a 700.000 personas en el Reino Unido y cerca de 5 millones en los EE.UU. Además, 1 de cada 5 estadounidenses mayores de 75 años tienen deterioro cognitivo leve, que a menudo conduce a la enfermedad de Alzheimer. En España hay unos 600.000, pero se estima que para el 2025 esta cifra se duplique. A medida que las personas vivan más tiempo, los números parecen determinados a crecer. Sin embargo, se tienen pocas ideas acerca de las causas de la demencia y aún menos acerca de cómo tratarla. La mayoría de los pacientes obtienen una mezcla de medicamentos y una terapia que en el mejor de los casos ha hecho manifiesta la progresión de su enfermedad por enmascarar sus síntomas.

Las causas de la demencia son múltiples y poco conocidos, pero cada vez hay más pruebas de que un factor determinante es el flujo de sangre en el cerebro. A medida que envejecemos, disminuye el flujo sanguíneo cerebral, no queda claro, sin embargo, si la disminución del flujo sanguíneo cerebral sea causa o un efecto incidental de un cambio más profundo. El dr.Moskalenko, cabeza de la investigación, indica que el flujo sanguíneo cerebral está más estrechamente relacionada con la edad que con los niveles de demencia, por lo que decidió ahondar más profundamente.

Además de la entrega de oxígeno al cerebro, el flujo sanguíneo cerebral tiene otro papel fundamental: la circulación y la producción de líquido cefalorraquídeo. Este líquido rodea el cerebro, llevando los nutrientes que lo alimentan y eliminando los residuos que produce, incluidos los tau y beta-amiloides las proteínas que han sido implicadas en la formación de placas que se encuentran en los cerebros de las personas con enfermedad de Alzheimer.

"El cumplimiento craneal", es una medida de la elasticidad del sistema vascular del cerebro. "El cráneo es una cavidad ósea de volumen fijo, con el cerebro, ocupando la mayor parte del espacio," dice Robin Kennett, un neurofisiólogo del Hospital Radcliffe de Oxford en el Reino Unido. Cada vez que el corazón late y envía sangre al cráneo, otra cosa tiene que salir para evitar el aumento de la presión a niveles que dañarían el cerebro. Así que, como la sangre fresca fluye hacia los vasos sanguíneos del cerebro, el líquido cefalorraquídeo fluye por el espacio que rodea la médula espinal a través de un agujero en la base del cráneo llamado el foramen magnum.

A medida que envejecemos, las proteínas en el cerebro endurecen esta parte, impidiendo que este sistema funcione como debería. Como resultado, el flujo de sangre y de líquido cefalorraquídeo se reducen, lo que afecta a la entrega de oxígeno y nutrientes, así como la eliminación de residuos. Moskalenko, jefe de la investigación, sugiere que esto normalmente comienza entre las edades de 40 y 50 años. Por otra parte, en un estudio de 42 pacientes ancianos con demencia, encontró que la gravedad de su trastorno cognitivo estaba fuertemente correlacionado con el cumplimiento craneal: las personas con demencia severa tenían el más bajo cumplimiento.

Así que nada raro será que cuando seamos mayores vayamos por ahí con un huequecito en la cabeza; habrá que ver lo que los diseñadores de moda inventan para disimularlo.