Trasnochadores, felicidad, y literatura

Hoy me han llamdo la atención algunas investigaciones realizadas por neuropsicólogos, sociólogos y otros investigadores de diferentes universidades, por cuanto tienen que ver con el tema de la felicidad, y la literatura, que han sido abordados en esta bitácora durante estos días.
Las actividades que realizamos en nuestro tiempo libre pueden ser un indicativo de nuestro nivel de felicidad o desdicha, por ejemplo, un estudio reciente demuestra que los felices leen mientras que los infelices ven la televisión.
Otros analistas han llegado a la conclusión de que la literatura nos hace evolucionar, es decir, se pueden aplicar las teorías de Darwin a la literatura en cuanto la buena literatura favorece comportamientos sociales que cumplen una función adaptativa y nos incita a combatir impulsos básicos y trabajar de forma cooperativa.
Por último, en un estudio publicado en "Science" aseguran que los trasnochadores tienen más ventajas a nivel cerebral que los madrugadores; esto en el sentido de que se mantienen alerta durante mayor tiempo y sus capacidades permanecen intactas al tiempo que las de los madrugadores van mermando.
A pesar de que lo de ser buho o no, es casi una mera cuestión de genes, no faltarán los que digan que su mayor rendimiento lo consiguen a primeras horas de la mañana o incluso en la tarde. De otra parte los señores televidentes me caerán encima aludiendo que ven la tele diariamente y son personas muy felices, mientras que no faltará el antagonista de Darwin que demostrará todo lo contrario, es decir, que si te sumerges en los libros lo que conseguirás es ser un ser menos social y más inadaptado que los demás. Pero yo me arriesgo en vistas a la seriedad de los estudios y a que en mi caso particular ciertamente me ha funcionado.