Desde mi punto de vista es el deber de ser felices nuestro deber fundamental y sin embargo no hay un deber que descuidemos tanto como este.
Quizás el hecho de no saber exactamente lo que es la felicidad nos lleve a ese estado de pasividad, también el no saber dónde buscar o el dejarse llevar por las circunstancias, sin entender que puede ser más una situación de la mente y del espíritu.
Solemos escuchar por allí que tenemos derecho a ser felices, yo diría que no es así, estamos confundiendo un derecho con un deber, un deber inaplazable e inapelable, un deber prioritario que está por encima de toda consideración, un deber que tenemos que cumplir a rajatabla por encima de todos los sacrificios que nos alejan de él día tras día.
No podemos estar supeditados a que nuestra felicidad dependa de otra persona, como cuando estamos enamorados y creemos que más allá de ese alguien no es posible felicidad alguna; es verdad que hay algunos factores condicionantes y que ayudan con el cumplimiento de este deber como son: el dinero, la ambición, la genética, la inteligencia, la belleza, la amistad, el matrimonio, la fe, la caridad, la edad, pero no son definitivos. Está comprobado como un elevado nivel de felicidad lo puede alcanzar tanto una persona con mucho dinero como una que tiene poco, o una persona muy joven puede ser tan infeliz (aún gozando de todas las ventajas de la juventud) como un viejo que ha sufrido todos los reveses que la vida puede traer consigo.
Está claro que no hay fórmulas para hallarla, pero si podemos emplearnos a fondo en eliminar todas esas cosas que nos apartan de su camino, esos lastres superfluos que nos tienen anclados y que tal vez aplicando el principio de vacío podamos soltar. Os dejo unas imágenes muy conocidas que circulan por todos los correos electrónicos y que ilustran un poco este aspecto.
Quizás el hecho de no saber exactamente lo que es la felicidad nos lleve a ese estado de pasividad, también el no saber dónde buscar o el dejarse llevar por las circunstancias, sin entender que puede ser más una situación de la mente y del espíritu.
Solemos escuchar por allí que tenemos derecho a ser felices, yo diría que no es así, estamos confundiendo un derecho con un deber, un deber inaplazable e inapelable, un deber prioritario que está por encima de toda consideración, un deber que tenemos que cumplir a rajatabla por encima de todos los sacrificios que nos alejan de él día tras día.
No podemos estar supeditados a que nuestra felicidad dependa de otra persona, como cuando estamos enamorados y creemos que más allá de ese alguien no es posible felicidad alguna; es verdad que hay algunos factores condicionantes y que ayudan con el cumplimiento de este deber como son: el dinero, la ambición, la genética, la inteligencia, la belleza, la amistad, el matrimonio, la fe, la caridad, la edad, pero no son definitivos. Está comprobado como un elevado nivel de felicidad lo puede alcanzar tanto una persona con mucho dinero como una que tiene poco, o una persona muy joven puede ser tan infeliz (aún gozando de todas las ventajas de la juventud) como un viejo que ha sufrido todos los reveses que la vida puede traer consigo.
Está claro que no hay fórmulas para hallarla, pero si podemos emplearnos a fondo en eliminar todas esas cosas que nos apartan de su camino, esos lastres superfluos que nos tienen anclados y que tal vez aplicando el principio de vacío podamos soltar. Os dejo unas imágenes muy conocidas que circulan por todos los correos electrónicos y que ilustran un poco este aspecto.
9 comentarios:
Este post tuyo sobre la flicidad y El Principio del Vacio, es superinteresante, me ha recordado a un amigo del instituto, cuando salió de allí, con 18 años, se hizo Guardia Civil de Montaña, y a los 25 ya había estado en los cinco continentes en más de una docena de países, hace unos 10 años que no lo veo, así que imagino que habrá dado la vuelta al mundo varias veces. Pero recuerdo que una conversación tipo Punset, le pregunté que era la felicidad, y me contestó: La capacidad de elegir tu, de disfrutar de las pequeñas cosas y sobretodo el no tener lastres, sobre todo materiales, que te aten a un lugar: Casas, coches, pertenencias, etc. A mi me llamó mucho la atención aquella respuesta y tu post me lo ha recordado...
La felicidad está dentro de nosotros. Todo lo material ayuda que tu vida sea mejor, pero no aporta la felicidad verdadera. Si eres feliz, el mundo que gira en torno a ti será feliz. Un biuen deseo para empezar el día. Te deseo que seas feliz.
Saludos desde La ventana de los sueños.
Es cierto...La felicidad es un deber y no un dercho, y está en nosotros conseguirla.
Muchos besos.
Indudablemente que sólo depende de nosotros mismos ser felices. ¡Vamos a por ella!
Interesante tu entrada + las diapositias con el mensaje sobre el principio del vacío.
Botar lo no necesario y dejar sólo lo que nos hace bien... quizás allí radica el ser felices. Dejar sólo lo bueno a nuestro alrededor.
Un abrazo.
Gracias por visitar mi espacio, un gusto tenerte por ahì...
Ya volverè con màs tiempo estoy trabajando ahora y no cuento con tiempo para leer tranquila.
Pero vengo a sumarme... Un abrazo y buen fin de semana!!
Está claro que hay cosas que ayudan, pero no debemos limitar nuestra felicidad a nada ni a nadie, por otro lado se puede repartir felicidad sin acondicionamientos. La felicidad se contagia.
Un beso
La felicidad está en todas partes; claro que lo más obvio es casi siempre lo que nunca vemos... y luego por qué los espejos se ríen de uno!
Yo soy feliz por momentos y en algunos momentos eso me hace feliz... saludos :D
La verdad es que hay mucha razon en tus palabras , aveces guardamos cosas pensando qe nos haran falta mas adelante y unas tras otra se van acumulando y lo que hacen es estorbar. asi que tiremos los trastos y seamos todo lo felices que podamos . BESITOS
Pienso lo mismo que tu Dean, es un deber, no un derecho. El principio del vacío es perfecto, intento aplicarlo a mi vida, a veces lo consigo, otras no tanto, está en nosostros desprendernos de lo que no nos hace felices, es un trabajo arduo, pero eficaz. Un abrazo enorme. Ha sido un placer leerte hoy.
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