sábado, 27 de agosto de 2011

¿Declive de la violencia?

"Quienes consigan que creas en lo absurdo, pueden conseguir que cometas atrocidades" (Voltaire)

Steven Pinker es uno de los científicos más populares, admirados y discutidos de la actualidad, que pretende saber hasta qué punto nuestro cerebro ha sido programado por la evolución y cuánto es capaz de aprender. En uno de sus libros más populares, La tabla rasa,  Pinker argumenta que al nacer el cerebro no es una hoja en blanco que será escrita por la cultura y la experiencia, sino que viene programado con muchos aspectos de nuestro carácter, incluido el talento. En otras palabras, la naturaleza humana está determinada por la selección natural. Considerar a las personas como organismos biológicos puede resultar inquietante por muchas razones. Una de ellas es la posibilidad de la desigualdad. Si la naturaleza humana es una tabla rasa, entonces todos somos iguales por definición. Pero si consideramos que la naturaleza determina nuestras cualidades, entonces algunas personas pueden estar mejor dotadas que otras, o con cualidades distintas a los demás. Pero también, si nacemos con ciertos instintos y rasgos innobles, como la violencia y el egoísmo, debemos considerar que son completamente válidos los intentos de reforma social y mejora del ser humano. Y de la misma manera, recordar que existen partes de la mente responsables de las consecuencias potenciales de nuestros actos, es decir, responsables de las normas sociales, para premiar, castigar, creer o culpar. 

Hasta aquí nada nuevo bajo el sol, pero en una entrevista con Punset, habla del declive de la violencia, refiriéndose a la forma en que -a través de la historia- el hombre se ha vuelto menos violento. Si hablamos de las guerras tribales, las grandes conquistas y colonización de pueblos enteros con sus miles y miles de muertos quizás haya algo de razón, pero difiero de su forma de pensar en cuanto a que -desde mi punto de vista- la violencia no ha disminuido sino que ha mutado, se ha hecho más variada y más fuerte: 
-La violencia de los mercados que condenan a la miseria a miles de familias y comunidades enteras en aras del enriquecimiento de unos pocos, mercados como el de las armas que siembran el terror en paises enteros, y en el caso de África a la mayor parte de un continente; 
-la violencia causada por individuos inadaptados a la evolución de la sociedad y la variedad de facetas de las comunidades modernas (nuevas formas de familia, variedad de inclinaciones sexuales, avances científicos entre otras); 
-la violencia generada por religiones intolerantes que se creen poseedoras de la verdad -a pesar de su corta existencia- olvidando que ya hubo religiones como la egipcia que despues de cinco mil años se extinguieron;
-La violencia de la estupidez humana que se hace más evidente en cuanto más desarrollada sea la humanidad.

Pinker es una eminencia, y seguramente que un psicólogo excepcional, pero definitivamente algunas de sus teorías se contradicen a la luz de realidades como las vividas recientemente en España, aunque me quedo con sus elementos más positivos: "Las fuerzas de la modernidad son las del humanismo (la realización personal, la vida, la salud, el arte, las ciencias, las relaciones humanas), en lugar de los valores retrógrados como la tribu, la deidad, el monarca o la tradición". "La educación es una gran fuerza pacificadora". 

Como contrapartida a la violencia que nos rodea, ha surgido el movimiento de los indignados, cuya gran fuerza no radica en ningun otro lado más que en su pacifismo y nos demuestra que no hay ninguna otra forma de acabar con la guerra como no sea mediante la paz.

6 comentarios:

Adrián J. Messina dijo...

Dean comparto tu pensamiento.
Además agregaría que en esa "selección natural" se pierden demasiadas variables, es demasiado generalizado como para indicar que existen acontecimientos de nuestra vida que se dan al nacer y al azar.
Lo que sucede actualmente es la mutación de la violencia, así como también nuestra capacidad para distinguirla. Toda consecuencia conlleva a una acción.

Un saludo.

soy beatriz dijo...

Hola querido Dean, hace mucho que no pasaba por tu blog y nobleza obliga, tu presencia me trajo nuevamente hasta acá.
Hablando de la violencia, amigo, estoy cansada de escuchar y ver violencia. Crecí en una dictadura militar y otras cosas más, que no vienen al caso ahora comentar, pero digo, en esta edad mía, prefiero entregarme a los sentidos, a valorar una flor, un pájaro en libertad. Será por eso que me alejo de las cosas que hablan de política o hacen análisis sociales. EStoy cansada o rendida, no se bien. Pero guardo siempre tu recuerdo en mi corazón.
Un abrazo fuerte y un hermoso fin de semana.

RGAlmazán dijo...

Por un lado está la clásica lucha en la influencia del carácter humano entre herencia y medio social. Para mí el medio social es mucho más importante que la herencia.
Y en cuanto a la violencia, de acuerdo contigo. La violencia se ejerce de forma más fina, aparentemente menos agresiva, pero sigue existiendo y yo no creo que menos. Hay una violencia, incluso aceptada, a la que nos sometemos como si no hubiera alternativa, porque nos socializan así.
Un ejemplo de esa nueva violencia, es la que ejercen Los Mercados, la voracidad capitalista, aparentemente sin sangre pero capaz de destruir países.

Salud y República

El cuaderno de la mesa camilla dijo...

Quizá nos hemos conducido hacia los extremos. No hay un declive de la violencia, hay un refinamiento. Hay una violencia extrema, las guerras que organizamos so pretexto de instaurar la democracia o perseguir los extremismos, como Irak o Irán. Y hay una violencia "light", pero extraordinariamente tremenda en el fondo, sobre nuestros miedos, con los mercados, con el terrorismo,...

Una dijo...

Sobre el tema de la Tabula Rasa se lleva años indagando pero no dejan de ser especulaciones, puesto que es algo que no está en manos del ser humano, saber y es tan válida una filosofía como su opuesta, ¿genética o cultura? quién sabe.

Referente al tema de la violencia, también pienso, como tú, que el ser humano va cambiando sus maneras pero que sigue siendo tan violento como lleva implícita su naturaleza desde siempre. Ejemplos a diario, muchos de ellos solías mentarlos cuando no politizabas tanto.

Y finalmente, en referencia al inciso que haces acerca de los indignados no puedo estar en más desacuerdo, ¿acaso no es violencia no respetar los derechos de los demás?, la falta de empatía hacia el prójimo, ser intolerante,... ejemplos que pudimos presenciar cuando los peregrinos y en los pequeños negocios que se ven afectados en todas las plazas cuando esta gente se reune con el lema "a mí..plin".

belijerez dijo...

Basta ya de violencia estructural!!!!

El sr. Punset también forma parte de la violencia neoliberal que nos atosiga a todas las personas incluidas las del cuerno de Africa.

Salud y paz.

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