No se olvida

"Sólo tres días en la península y ya echo de menos el mar. Sin embargo esta lluvia me gusta, casi nunca la veo, casi nunca me moja, este frío me hace valorar mucho el calor y este gris me hace valorar mucho más el azul profundo".

Ya no recordaba a las señoras con los carritos de la compra, ya no recordaba a los niños pijos jugando al balón con su corbata nueva y sus zapatos de charol, había olvidado a la gente metida dentro de su coche con el motor en marcha para mantenerse calentita y hacía años que no sentía ese ardor en los ojos después de caminar por calles interminables de bloques y bloques de edificios y portales, la pescadería, el kiosko, la panadería, la mercería, la frutería, la churrería, el colegio cerrado, los paraguas, la ropa negra, los charcos,  el invierno.

Un día como hoy hace muchos años sucedió algo bueno, pero hoy tengo que olvidarlo; un día como hoy fué recordado con alegría por muchos años, pero ahora el olvido tiene que hacer su entrada triunfal.

Pensé que ya no estaban los edificios adornados con formas que te traen malos recuerdos, pensé que se podía olvidar, pero al contrario, estoy seguro de que lo peor es el olvido.