Había una vez, en la lejana ciudad de Wirani, un rey que gobernaba a sus súbditos con tanto poder como sabiduría. Y le temían por su poder, y lo amaban por su sabiduría.
Había también en el corazón de esa ciudad un pozo de agua fresca y cristalina, del que bebían todos los habitantes; incluso el rey y sus cortesanos, pues era el único pozo de la ciudad.
Una noche, cuando todo estaba en calma, una bruja entró en la ciudad y vertió siete gotas de un misterioso líquido en el pozo, al tiempo que decía:
-Desde este momento, quien beba de esta agua se volverá loco.
A la mañana siguiente, todos los habitantes del reino, excepto el rey y su gran chambelán, bebieron del pozo y enloquecieron, tal como había predicho la bruja.
Y aquel día, en las callejuelas y en el mercado, la gente no hacía sino cuchichear:
-El rey está loco. Nuestro rey y su gran chambelán perdieron la razón. No podemos permitir que nos gobierne un rey loco; debemos destronarlo.
Aquella noche, el rey ordenó que llenaran con agua del pozo una gran copa de oro. Y cuando se la llevaron, el soberano ávidamente bebió y pasó la copa a su gran chambelán, para que también bebiera.
Y hubo un gran regocijo en la lejana ciudad de Wirani, porque el rey y el gran chambelán habían recobrado la razón.
¿Qué es?, ¿de quién?, ¿seremos nosotros los locos?, ¿será el rey?.
15 comentarios:
Obra del libro del poeta Khalil Gibran “The Madman” (El loco) año 1918.
Gibran significa “el soñador” y Khalil quiere decir “El elegido”.
saludos
Pues sí, la moraleja no tiene precio. ¿Quiénes son los locos, los de dentro o los de fuera?
Salud y República
Ya desde hace mucho tiempo corre un dicho popular que dice que en el mundo de los ciegos el tuerto es el Rey.
Estupenda moraleja y siempre actual. ¿Quienes son los locos: ellos o nosotros?
Besos y buen domingo
Yo creo que ya bebí de ese agua, ajajjjaja.Lo digo por mi post.
Genial fragmento. Gracias por compartirlo con nosotros.
Buen domingo.
Excelente relato de la sociedad en la que vivimos ¿o no?
Carpe Diem
Hay que ser muy buen prestidigitador para mantenerse en el poder...
Te dejo un beso Dean.
El rey era poderoso y sabio´... ¿Sabio por poderoso, el poder era el origen de su sabiduría? ¿O poderoso por sabio? ¿Qué poder, en cualquier caso? ¿El de determinar la vida de los ciudadanos o el de los súbditos? Un rey, por su propia naturaleza, no admite ciudadanos sino súbditos.
¿Qué pócima nos volvió locos? ¿La ambición? Otra forma de locura.
Una vieja máxima alquimista viene a decir que la sabiduría sólo puede alcanzarse desde el corazón puro. Que la sabiduría es el auténtico poder, para mover montañas o cambia el mundo, pero el sabio no lo ejerce porque sabio sabe que no hay transformación sin conciencia de sus objetivos y su necesdad. De lo contrario, todos locos, como en el cuento.
Un abrazo.
Hola amigo..
Un bello cuento con una profunda moraleja..
Si la gente nos oyera los pensamientos, pocos escapariamos de estar encerrados por locos (J.Benavente)
Buen domingo
Nuevamente haciendo propuestas para la reflexión. El mundo esta loco, loco, locoooooo. Nuestros gobernantes lo saben. Creo.
Feliz semana.
Qué buen relato... Yo sp apuesto porque todos en menor o mayor medida estamos locos, y creo, que a medida que pasen los años, con los valores que se nos venden e intentando siempre vivir por encima de nuestras posibilidades y no estando nunca agustos con nada, lo estaremos cada vez más :S
dirty saludos¡¡¡¡
Esta moraleja la desconocía. Interesante pensamiento...¿Estamos o somos?
Muchos saludos berlineses.
¿ Y por qué SIETE gotas y no ocho? ;-)
En los cuentos las brujas no son tan malas: ponen a prueba a los personajes.
¿El rey? Como en los buenos cuentos, el más sabio de todos.Restituyó el orden sin salir perjudicado, ¿o no?
;-)
Un saludo.
Pues mira, yo personalmente la mayoría de las veces pienso que la que está chiflada soy yo, ya que a la mayoría de gente que me rodea todo les parece normal.
Por esto suelo barajar la posibilidad de huir al monte y hacerme eremita.
Me recuerda a 'La conjura de los necios', de Kennedy Toole.
El loco no soy yo, son siempre los otros.
Un saludo, Dean.
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