lunes, 9 de febrero de 2015

He tenido un sueño

"El pesimismo del pensamiento no excluye el optimismo de la voluntad".


He tenido un sueño en el que yo era un multimillonario muy influyente en el mundo y estaba en un gran salón donde lideraba una cena solidaria. Había como unas 50 mesas llenas de gentes de las más altas esferas de la sociedad y famosos conocidos en el mundo entero; políticos, banqueros, empresarios, artistas y en general ricos y aristócratas; Merkel, Trichet, Dragui, Lagarde, Duisenberg, Monti, Mervyn King, Strauss-Kahn, Duräo Barroso, Botín, Stark, Janet Yellen, Bill Gates, Larry Page, Sergey Brin, Jack Ma, Narendra Modi, Abu Bakr al-Baghdadi, Alexey Miller, Warren Buffett, Slim, Zuckerberg, Bloomberg, Obama y Putin entre otros. 


Mi saludo no les sorprendió ni hubo queja alguna a pesar de que me había dirigido a ellos de la siguiente manera:





Despreciados señores y señoras, sobrevalorados invitados, les doy la bienvenida a esta cena solidaria para los niños desnutridos de Africa, un lema tan falso como el público al que hoy me dirijo.


(Al parecer ya me conocían y sabían a qué atenerse ya que siempre digo lo que pienso sin cortarme ni un pelo).

En el siglo XIV existía una práctica muy cristiana: El comercio con bulas; si se había pecado, se echaba algo de dinero en el cepillo y ¿zas! estaba uno exculpado.  Hoy miro y veo a todos estos hombres obesos acariciando las manos de sus ridículamente jóvenes y famélicas esposas y tengo la certeza de que para ustedes esa mala costumbre de la edad media aún no ha sido abolida.

(Hubo risas en lugar de enfado)

Están aquí sentados sobre sus grandes culos atacando con sus cuchillos de plata a una chuleta, y con cada bocado esperan salir poco a poco de su purgatorio personal. Vosotros, hipócritas mojigatos y mentirosos, quereis comprar vuestra libertad. Pero tengo una mala noticia para los que estáis en la sala: Habeis pagado los 15000 euros del menu de seis platos en vano. Vuestros pecados no serán perdonados. Todos seguireis siendo lo que sois: Asesinos. Y algún día pagaréis por ello.

(Nadie se levantaba de la mesa, me respetaban y admiraban, no tanto porque había donado el 95% de mi fortuna a causas solidarias sino sobre todo desde que había rechazado el nobel de la paz argumentando que yo lo merecía tanto como Hitler).

Miren a su plato; para que esa chuleta haya podido llegar hasta aquí han sido necesarias montañas de comprimidos, inyecciones y pastillas, sin las cuales sería imposible saciar el hambre asesina de nuetros mataderos industriales (mil cerdos por hora en un matadero convencional). Ahora no se trata de los daños medioambientales que genera una única hamburguesa para cuya producción se necesitan 2400 litros de agua; ignoren el hecho de que no hace falta ser muy listos para saber que consumimos demasiada carne mientras en el mundo un niño muere de hambre cada seis segundos.

No sólo producimos residuos cárnicos incomibles y contaminados con fármacos, pues eso es lo que tienen en sus platos y que llamamos alimento. Generamos demasiada basura. Sólo los animales sacrificados por USA producen 39 toneladas de excrementos por segundo; 130 veces la caca que expulsa por el culo toda la población mundial. Nuetros ganaderos estimulan esta sobreproducción de mierda porque obtienen dinero por ello. Son ustedes los que financian la exportación de carne barata. Su hambre de carne y su maldita ignorancia devoran personas.

Mientras millones de niños mueren de hambre, quemamos cereales para producir biocombustibles. Cereales que, debido a esto cada vez son más caros en el mercado mundial, impagables para una familia africana; también porque el banco, al que los presentes en la sala confían su dinero heredado u obtenido con negocios oscuros, apuesta este dinero a la subida de los precios de los alimentos en la bolsa. Al mismo tiempo arruinan la economía local de los países en vías de desarrollo con sus precios irrisorios. Es su famosa economía de libre mercado.

Todo esto sucede gracias a gordos asquerosos como ustedes, señoras y señores, que creen que comprando una vez a la semana en el supermercado ecológico y soltando pasta de vez en cuando en actos benéficos, lo solucionan todo. Pero no es así. No solucionan nada. Si se levantaran ahora mismo y dijeran que van a hacer igual que yo y donarán el 95% de sus fortunas, entonces quizás pudiera mirarles a los ojos sin escupirles a la cara.

Entonces desperté y vi frente a mi la tele encendida con Rajoy hablando estupideces. Apagué y me puse a leer la prensa digital, pero la sorpresa fue grande cuando los titulares no mencionaban la lista de Falciani...


Jean Ziegler asegura que cada niño que muere de hambre es asesinado, y tiene razón, y sabemos quienes son los asesinos. Yo mismo soy parte de este sistema y juego según sus reglas, a pesar de que soy consciente de las consecuencias negativas de mis actos. Conozco los hechos, veo los problemas, y a pesar de que no soy comunista, estoy convencido de que nuestro sistema actual no funcionará durante mucho más tiempo.


3 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

El sistema económico que mueve al mundo, está podrido.

Saludos

Pilar Abalorios dijo...

Lo sabemos y seguimos aquí sentados, protestando bajito en nuestros castillos virtuales, sabedores de que tenemos lo que tenemos porque vivimos cerca de la mesa de los poderosos y nos caen más migajas que a otros.

Perdona el exabrupto pero es tal la impotencia...

amparo puig dijo...

No creo que pueda superar el comentario que me precede, pero aparte de esto, aplaudo tu entrada de hoy. Hay tantas manzanas podridas en tantos huertos que la cosecha está podrida. Ahora sale la famosa lista, la lista de todos aquellos que en tiempos de vacas flacas, en vez de echar una mano, salieron en dirección contraria a poner su dinero a buen recaudo.

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