martes, 24 de enero de 2012

Como patricios romanos

"No es necesario que la mujer del César sea honesta, ni tiene que parecerlo"       Dean. 
  En la época de los romanos, las acciones de la ley hacían valer principalmente los derechos de los patricios romanos, protegiendo sus intereses en contra de plebeyos y extranjeros.  Era un sistema basado en el monopolio del conocimiento; en particular, conocimiento que sólo tenían las antiguas gentes romanas, conocimiento de rituales, días fastos, y actos revestidos de palabras sacramentales por las cuales la maquinaria de la administración de justicia y la protección de derechos se echaba a andar.  Las palabras sacramentales y otras partes integrales de las acciones no eran conocidas al principio más que por los patricios, y la menor desviación de la forma de la acción podía causar la pérdida de un pleito.  Según Gayo, el que dijera viñas (vites) porque pleiteaba sobre viñas, en lugar de decir arbores, el término sacramental, perdería el pleito. Hasta las XII tablas tenían que ser interpretadas por los patricios, a pesar de que con éstas se había logrado un cambio más equitativo a favor de los plebeyos, por estar las leyes escritas y no únicamente en la conveniente memoria de los patricios.  La semejanza entre esta etapa de la historia legal de Roma un par de siglos antes de Cristo y la que vemos hoy en España es demasiado triste y real. 
Los nobles de hoy, entiéndase Urdangarín, Camps, Ortega Cano, Francisco Correa, Bárcenas, Gonzalez Pons, Agag, Barberá o sea el ilustre nombre que sea, tienen el mismo tratamiento que los patricios de aquella época en que el imperio romano era amo y señor del orbe.  ¡Ay de quien se atreva a juzgarles a ellos o a sus familiares y amigos!; tendrá que maldecir el día en que creyó que la justicia era algo más que un manejo de términos intrincados y confusos que se pueden interpretar al antojo de los corruptos y/o poderosos.

En los tiempos del imperio romano, no había ninguna separación entre la política y la justicia, mientras que en los tiempos de la monarquía española actual, no se necesita ser ningun experto en la materia para colegir (por sus acciones se les conoce) que la justicia es de derechas, está completamente politizada y que la gran mayoría de los jueces ni son neutrales ni la justicia es imparcial.


10 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Se le metió mano al ejercito pensando que eran los primeros que podían hacer un golpe de estado, la experiencia la tuvimos con el 23-F, aquello era real y fue visto por todo el mundo mundial, no se podía permitir que el tinglado que estaba muy bien montado lo estropearan 4 militaruchos; hoy, según nos dicen las encuestan de opinión, es uno de los estamentos mejor valorados ¿?.

La justicia es otra cosa, es mas sutil, hay que ser mas experto para conocer su tinglado: el Tribunal Constitucional,las Audiencias Nacionales, Provinciales... los distintos tipos de juzgados: de lo penal, de lo civil, de primera, segunda instancia..., quienes juzgan es un grupo de personas mas o menos endogámicas y de tendencia muy conservadora, esto el poder político no lo ha cambiado, simplemente se han limitado a decir "tu te quedas con los tuyos y yo con los míos", de ahí que tengamos un poder judicial que no es neutral está totalmente politizado y basta ver sus sentencias (por sus sentencias los conoceréis) quien es dominante.

El poder judicial, uno de nuestros grandes deberes pendientes que dudo verlo cambiar.

Saludos

Anónimo dijo...

Hola Dean! Creo que tu artículo se adapta perfectamente a cualquier justicia, pienso lo mismo de la de mi país.
Te dejo un abrazo, muy interesante.

Eulogio Diéguez Pérez (Logio) dijo...

Al titular yo diría mas, ni siquiera es necesario que sea mujer.

Ciberculturalia dijo...

Toda la razón, la justicia aquí es de derechas y además está absolutamente politizada...
Un beso

Cheli dijo...

Y no es solo en España, es en todos los sitios.
Un beso.

Juanjo Rubio dijo...

Es una pena que se politice tanto la justicia. En fin, así nos va.

Un saludo

RGAlmazán dijo...

Pues sí, uno de los grandes déficits de esta democracia es la Justicia. Por un lado la separación del poder judicial de los otros (los jueces de la cúpula judicial los nombran los partidos). Otro es que la carrera de juez es y ha sido siempre para poderosos y permite blindarse a los jueces. Y por último, los medios de esta justicia, la hacen injusta, porque su lentitud es algo que la impide hacer justicia.
En fin, una joya.
Salud y República

Mar dijo...

No hay más que ver que los miembros del tribunal supremo se nombran a dedo por los políticos...
Yo nunca entenderé esas cosas, Debería hacerse por concurso de méritos y/o oposición como en la mayoría de los casos se hace para acceder a la función pública. Aboliría las designaciones a dedo.

Saludos!

Pilar Abalorios dijo...

La justicia es ciega, pero no tanto....

Dean dijo...

Aquí siempre es 28 de diciembre para los patricios: Todos son santos e inocentes...

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