lunes, 20 de diciembre de 2010

Cuando éramos grandes

Hubo un tiempo en el que éramos grandes, porque nuestro corazón aún era puro, no conocíamos la maldad, ni contaminábamos los océanos; nuestro cuerpo era muy pequeño y no podíamos hacer daño más que a un grillo o a una mosca. Nuestro vocabulario era tan reducido que no era suficiente para herir a otros con las palabras y nuestros sueños eran tantos y tan grandes que en ellos incluíamos a todas las personas conocidas. 

Hubo un tiempo en que éramos grandes porque éramos inocentes, pero ahora nos hemos hecho mayores e insignificantes, ciegos y solitarios, tan egoistas que sólo pensamos en nosotros mismos, tan avariciosos que sólo pensamos en la riqueza. 

Mis padres tuvieron cinco de esos hombres grandes, y los padres de mis amigos, 7, 8, 10 y hasta 12, pero los padres actuales no nos atrevemos sino con uno o máximo dos, porque muchos de los que se han hecho mayores nos impiden plantearnos siquiera el seguir dando al mundo muchos hombres grandes. Enhorabuena por todos esos que a pesar de los años ha seguido siendo grandes, felicito a quienes hayan resistido el paso del tiempo, mis respetos para aquellos que conservan un corazón de niño en su cuerpo de adulto.

17 comentarios:

Ciberculturalia dijo...

Bonita entrada y secundo tu felicitación.
Un beso

Juan Navarro dijo...

En el corazón del niño está el germen del futuro, para lo mejor y para lo peor. Por eso, cuando un niño mata un grillo o una mariposa, está alimentando los monstruos del futuro. La inocencia respeta y cuida también al grillo y a la mariposa, y eso es lo que está en el corazón del niño.

Arwen dijo...

El mayor tesoro que se pueda tener...un corazón de niño en un cuerpo de adulto. Me ha gustado mucho este post Dean.

Un beso. :)

Arwen

RGAlmazán dijo...

Quién tuviera un corazón de niño. Un bello post y un buen deseo.

Salud y República

Jo dijo...

si ese tiempo pudiera volver
no pediria mas inocencia
sino mas sinceridad.

menos ese afan de daño
meno miedo

Jose Antonio dijo...

Decía un sabio que a los humanos se les mide por la cantidad y calidad de sus amistades, tengo la fortuna de que formes parte de mi entorno.

Te deseo una Feliz Navidad en compañía de los tuyos y que tus sueños se cumplan siempre.

Un abrazo

Misón dijo...

Precioso Dean, por eso me conmueven los niños, son inocentes y sabios. Un beso

Anónimo dijo...

Y que vengan muchos más de esos pequeños grandes al mundo :)

Un saludo.

Logan y Lory dijo...

Ojalá nuestra grandeza no se hubiera consumido en esa etapa de inocencia que se va tan rápido.

Tu felicitación es exquisita y quizá deberíamos plantearnos volver a ser un poco niños.

Un abrazo y nuestros mejores deseos para ti y los tuyos.

belijerez dijo...

Estimado Dean; hoy su post me ha estremecido, me ha hecho llorar. Quizá de pura nostalgia, pero sobre todo de sensibilidad.

Gracias por sus palabras, ojalá podamos disfrutar también de gestos.

salud.

VerboRhea dijo...

(Excelente el post)
...es verdad, era entonces cuando éramos GRANDES todos. Con el paso de los años unos fueron creciendo y otros se hicieron cada vez más pequeños de espíritu. Admiro a esas personas que aún tienen el corazón de un niño, porque son las más humildes y las más generosas.
Un abrazo y Felices Fiestas.

Balovega dijo...

Sigo siendo una niña y pienso que por muchos años.. no es difícil... jjajaja

Un gran besote y pásalo estelar juntos a los que más quieres...

Muakksssss Dean... felices sueños

Anónimo dijo...

Precioso, Dean. Me ha encantado este post, no en tu línea habitual, pero con un gran contenido.

Las Gemelas del Sur dijo...

Fantástico que descubras el tesoro que son los niños. Deberíamos los adultos tener mayor consideración y admiración a su frescura y originalidad. Cuanto podríamos aprender si los escucháramos, nos sorprenderían y no siendo así les obligamos a pensar al modo adulto.

¡¡¡¡FELICES FIESTAS!!!

Besos a pares.

Arwen dijo...

Felizzzz Navidadddddddddddd Dean!!!

Muchos besos.

Arwen

Lakacerola dijo...

Un post para reflexionar, me ha gustado. Qué pases unas buenas fiestas seas religioso o no. Lo importante es estar con la gente que quieres. Un abrazo y volveré en cuanto pueda.

VolVoreta dijo...

No conozco a ningún adulto poseesor de una inocencia como la que mencionas Dean. Mi opinión, en todo caso, sería que los adultos que no han sufrido ninguna gran pérdida pueden conservar (aún) el corazón de niño porque ignoran el verdadero dolor.

Te dejo un beso.

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