viernes, 8 de enero de 2010

Deberíamos



Deberíamos morir como llegamos al mundo, desnudos, sin vergüenza alguna, hermosos, llevando felicidad a todos los que nos rodean. Llegar al final del camino con las botas puestas, en medio de la lucha, cuando aún somos el ejemplo de los débiles, con los valores intactos, con el corazón en trocitos por haberlo entregado en cada intento. Deberíamos volver a la naturaleza de la que venimos sin el peso de haberla contaminado, deberíamos regresar limpios, sin el lastre de las cosas que hemos acumulado a lo largo de los años, sin los muebles y las maletas pesadas, sin los odios, los rencores y el egoismo que vician todo lo que tocamos.







Deberíamos perder los miedos, esos que nos han inyectado en las venas, esos que nos sirven de excusa para no reclamar nuestros derechos, esos que ahogan nuestras gargantas a la hora de gritar por las injusticias, esos que nos mantienen sometidos e impiden nuestra felicidad. Deberíamos desmarcarnos de los cobardes y los hipócritas que han contribuido a engrandecer nuestros miedos, devolverles uno a uno los terrores que nos han tatuado en el pecho, lanzarles a la cara las armas con que han cimentado su poder.


Y deberíamos estar listos en el andén cuando llegue ese tren, quizás no habrá otros. La suerte consiste en que coincidan la oportunidad y la preparación. Más vale que esa oportunidad no nos llegue por sorpresa cuando estemos dormidos o entretenidos en el caos y las prisas del mundo. Muchos han puesto sus esperanzas en cosas ajenas, mientras que los triunfadores las han puesto en sí mismos.




Y deberíamos disfrutar de lo sencillo, de las cosas pequeñas, del aire limpio que aún queda, de los niños, de los payasos, de los detalles, de los libros, de las buenas intenciones del que está a tu lado, de una sonrisa que te regalen o de una que te arranquen a la fuerza. También deberíamos creer aunque parezca sin sentido; confiar un poco, no demasiado; y por último no deberíamos abandonar las ilusiones y los sueños que hemos soñado despiertos.





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11 comentarios:

Jose Antonio dijo...

Y morir soñando, esa creo que es la mejor forma de partir.

Un abrazo.

RGAlmazán dijo...

Magnífico alegato de la vida. Viajar ligero de equipaje y marcharse como vinimos. ¡Qué difícil! En esta vida se enseña a triunfar, a competir, pero no a compartir, a sufrir, a prepararse para el final.

Salud y República

Ciberculturalia dijo...

Unos muy buenos deberíamos. Al menos que consigamos poner en práctica algunos.
Un beso

Anónimo dijo...

Pues yo prefiero soñar en los momentos oportuno, y sobre todo, no morir aún. Y mucho menos soñando utopías. Eso sí, coincido plenamente en que la ilusión no hay que abandonarla.

Arwen dijo...

Lo cierto es que en torno al desnudo sigue habiendo un tabú increíble...Senovilla ha dicho algo muy bonito pero fantástico...morir soñando...eso es lo que deberíamos hacer todos.

Un abrazo a todos.
Arwen

Felipe Medina dijo...

Hoy tu entrada me ha emocionado,amigo Dean.

Sí,es muy cierto,deberiamos despojarnos de todo lo vivido con la suciedad impregnada.

Sí, deberiamos volver a lo ígnoto

Gran entrada

Abrazos

ederpozo dijo...

Fantástico!

Un abrazo, me encantan estas entradas^^

Cosechadel66.es dijo...

Deberiamos, es cierto. Bellas palabras, Dean, enhorabuena.

Carpe Diem

Balovega dijo...

Deberíamos ir despojándonos de toda la suciedad que con el tiempo vamos adquiriendo..

Un saludo

JAVI dijo...

Muy buena entrada. Me hace pensar en ese centro de gravedad de cada cual donde deberíamos enfrentarnos con nuestra verdad. Cuanto más alta la sensibilidad y más sutil la capacidad de sentir, más intensamente uno vibra y se estremece con las cosas sencillas y pequeñas. Desde ese centro de gravedad, mirando rotar las estaciones desde un mismo punto..ligeros de equipaje transportamos el universo en las maletas, viajamos siempre, se viaja al compás de la tierra.

VerboRhea dijo...

Preciosa la entrada, Dean.
Mezcla de pesimismo; de vuelta a la inocencia perdida; de renacer, pero desnudos de toda maldad...

¡Es verdad, con lo fácil que sería vivir siendo felices y lo que nos complicamos los unos a los otros!, ¿verdad?

Pero no pensemos en la ida, que somos muy jóvenes aún. Pensemos en la mejor manera de partir hacia lo que nos quede por vivir...que para el caso es lo mismo...

Un beso y un abrazo. Que la semana te vaya bien.

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