jueves, 27 de agosto de 2009

Aquí me quedo

La juventud está sembrada de sueños, de ilusiones, pero también de incertidumbre. Se nos ha dicho siempre que permanecer joven depende de tu actitud, del ejercicio mental que te conduzca a sentirte bien contigo mismo. 
Pero también nos damos cuenta de que el tiempo inevitablemente pasa a toda prisa, y se nos han quedado cosas en el camino, y la vida nos ha hecho tan realistas (lo que quiere decir que ya no tenemos sueños) que dudamos mucho que en lo que nos queda de vida podamos conseguir esas cosas que han ido cayendo y confundiéndose con el polvo del camino, entendemos que lo perdido ya no se puede recuperar, y que lo soñado ya es tiempo de no soñarlo más. 
Yo quisiera vivir eternamente, pero joven, y sobre todo que tu también vivas eternamente. Esta madurez debe significar que nos hemos establecido ahí, en esa dimensión en la que aún no se han roto tus sueños, y donde la experiencia nos echa una manito, en ese momento justo en el que aún te quedan fuerzas y en el que conoces el truco para ganar otra batalla. 
Aparcaré mi vida en este preciso momento, porque el el clima es propicio, ni muy cálido, ni muy frío, porque mi cuerpo ha dejado de crecer pero mis otro 99%  apenas empieza, porque todavía debe haber algún buen vino para probar, un maravilloso libro que está a punto de ser editado y algunas personas increibles con quienes compartir una sonrisa y un abrazo. 
Sí, creo que me quedaré aquí, en esta juventud arrugada y canosa pero alegre, en este medio día sin sombras pero fresco, en mitad de este bosque de hierbas verdes y árboles marchitos, cerca de esta playa impasible que absorbe indistintamente las lágrimas y las olas; me quedaré aquí viendo envejecer a los que no lo entendieron, a los que la vida no les dió tiempo y a los que se dejaron engañar por el dinero.

9 comentarios:

Duncan de Gross dijo...

Un post al que no nos tienes acostumbrados amigo Dean, y lleno de sentimientos. Yo hace tiempo que me negué a crecer, no en el plan M.Jackson que estaba peor que una cabra mentalmente hablando, pero si en cuanto a conservar la imaginación y la capacidad para soñar. De hecho tengo un post escrito desde hace unos dias en el que reflexiono sobre la capacidad de sentir curiosidad: Sé que cuando lo leas, posiblemente ya la semana que viene, comprenderás perfectamente de lo que estoy hablando... Miiaauuss!!

Lujo dijo...

Hola Dean,
Me has dejado muerta con este escrito. Mi niño, eres un hiper crack!!
La reflexión que has realizado es de matrícula de honor! Te hago la ola...¡¡me encantó!!
Abrazotes enormes!!
Cuidate!

Anónimo dijo...

A mi que me dejen con esta edad....que no está mada mal......

Coincido con los demás, me gusta leerte de vez en cuando tal cual, sin tecnicismos, simplemente mostrando sentimientos.

Cosechadel66.es dijo...

Buen escrito, Dean... Y nos veremos por esa playa.

Carpe Diem

fermin dijo...

Poco original seré en el comentario. Este Dean desconocido,reflexivo, intimista, me gusta. Comparto tu reflexión, solo que yo no me quedo en ninguna playa, el mar me intimida.
Un abrazo, amigo.

Felipe Medina dijo...

Esta es una entrada muy entrañable y a la que no nos tienes acostumbrados.

Me gusta tu escrito y considero que te deberías prodigar más en este estilo.

Saludos

Anónimo dijo...

Gustosa de conocer su lado charming :)
Ojalá nos sorprendas más seguido con tus reflexiones...
Un abrazo!

La.. dijo...

Hola Dean !! Te he dejado un premio en mi blog. Paso luego a leerte que voy hoy como una loca.
Un besote y espero que te guste
Maria

VolVoreta dijo...

Yo también me quedo; quiero seguir soñando, deseando, aprendiendo, imaginando...
y también "me quedo" esta entrada tan fantástica, tan llena de vida, tan íntima.
Te dejo un beso Dean.

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